Ante la elevada probabilidad de precipitaciones prevista para la Semana Santa que está a punto de comenzar, el Consejo General de Hermandades y Corporaciones se ha reunido en los últimos días para determinar cuál será el protocolo de actuación en caso de que las procesiones se vean interrumpidas por las condiciones meteorológicas. Un conjunto de medidas que fueron aprobadas en 2015 y que han querido recordar frente a la amenaza de lluvia.
En primer lugar, se adopta la celebración de un cabildo de agua en los 20 minutos previos a la salida procesional para analizar la situación con un representante de cada hermandad o corporación que realice estación de penitencia. Para ello se solicita que cada uno de ellos lleve clara su posición. Si esto no fuera posible, en los 30 minutos posteriores se celebrará un nuevo cabildo en el que sí habrá que tomar una decisión definitiva.
En el caso de que una hermandad o corporación decida realizar estación de penitencia en solitario, queda totalmente prohibido modificar el recorrido oficial siempre y cuando este cambio no venga motivado por un giro repentino de las condiciones atmosféricas. Si se da esta situación, las hermandades deberán dirigirse a la iglesia por el camino más rápido y sin música.
Por otra parte, se solicita la colaboración ciudadana para dejar libre el acceso a la parroquia y limitar la entrada al templo a todas aquellas personas que participan en el desfile procesional. Asimismo, también por motivos de seguridad y con vistas a proteger el patrimonio que se encuentra en su interior, se han acordado una serie de nuevas medidas como no encender los cirios en el interior de la parroquia (a excepción de la candelería de los pasos) y que un adulto supervise a los niños que portan los incensiarios.
Todas aquellas personas que participen en el desfile procesional alumbrando a nuestras imágenes podrán acceder al interior del templo –siempre y cuando no sea para refugiarse de la lluvia– pero deberán salir inmediatamente por la puerta trasera.
El presidente del Consejo General, Francisco Luis Jurado, insiste en que todas estas medidas están pensadas para salvaguardar la seguridad de los vecinos y de nuestro patrimonio. En este sentido apela a la concienciación de todos y señala que la iglesia no cuenta con seguro de ningún tipo.
A fin de hacer cumplir la normativa, dos guardas de seguridad permanecerán en las puertas de la parroquia tanto al inicio como al final de todas las procesiones.
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