Tras el debate suscitado en el seno de la Unión Europea con respecto a los cambios horarios que se producen a lo largo del año, finalmente este domingo tendremos que atrasar una hora el reloj. Una medida pensada para adaptar las horas de luz al invierno y al verano y conseguir así un ahorro energético.
Motivos que no son válidos para muchos ciudadanos, que ponen en duda este ahorro y consideran que estas modificaciones alteran de forma negativa el ritmo del reloj biológico, especialmente el de ancianos y niños. Así lo expresaron el 84% de los cinco millones de habitantes europeos que participaron en una encuesta lanzada por el Parlamento Europeo.
España es uno de los países que encabeza el rechazo a los cambios horarios por lo que, si la propuesta sale adelante, este domingo podríamos estar ante uno de los últimos cambios de hora. En principio, el cambio que se produzca en marzo será el último obligatorio para los Estados miembros, que deberán decidir antes de finales abril de 2019 si mantienen el horario de invierno o el de verano. Eso sí, deberán hacerlo de manera coordinada para evitar consecuencias negativas en el mercado único.
Sea como sea, por lo pronto este domingo los españoles sumarán una hora de sueño y los relojes retrocederán una hora para adaptarse al horario de invierno. De este modo, a las 03.00 horas, volverán a ser las 02.00 horas.
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