El 4 de febrero se celebra el Día Mundial contra el Cáncer, promovido por La Organización Mundial de la Salud, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) y la Unión Internacional contra el Cáncer (UICC) con el objetivo de aumentar la concienciación y movilizar a la sociedad para avanzar en la prevención y control de esta enfermedad.
Todos hemos oído hablar de cáncer, y la mayoría de nosotros, conocemos directamente a personas con esta enfermedad que causa tanto temor. Pero ¿sabemos realmente qué es el cáncer?
El cáncer es una enfermedad que hace que un grupo de células del organismo crezcan de manera anómala e incontrolada dando lugar a un bulto o masa. Esto ocurre en todos los cánceres excepto en la leucemia (cáncer en la sangre).
Si no se trata, el tumor suele invadir el tejido circundante y puede provocar metástasis en puntos distantes del organismo diseminándose a otros órganos y tejidos.
Existen muchos tipos de cáncer que una persona puede desarrollar, debido a causas múltiples. En muchos casos, los factores de riesgo no pueden modificarse, pero alrededor de un tercio de los casos de cáncer pueden evitarse reduciendo los factores de riesgo principales.
Factores de riesgo no modificables son la edad o la genética.
Los factores de riesgo que sí podemos controlar son, entre otros:
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Consumo de alcohol, tabaco y drogas.
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Alimentación y dieta.
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Actividad y ejercicio físicos.
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Radiaciones o exposición a sustancias cancerígenas.
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Determinadas infecciones.
Existen muchos tipos de cánceres y los síntomas varían de una persona a otra, pero es cierto también que algunos síntomas son muy significativos a los que hay que prestar atención, aunque la presencia en sí de uno o varios de estos síntomas no quiere decir que padezcamos cáncer. Siempre ante la duda, consultar con un médico:
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Bultos o masas extrañas en cualquier parte del cuerpo.
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Fatiga, cansancio, falta de aire o tos.
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Sangrados o hemorragias imprevistas.
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Pérdida de peso repentina o falta de apetito.
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Dolor.
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Complicaciones al tragar, al orinar o al realizar cualquier otra necesidad fisiológica.
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Sudores nocturnos intensos.
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Cambios en un lunar o manchas en la piel.
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Cambios en las mamas.
Tratamiento curativo y paliativo
La detección temprana adquiere en el cáncer una importancia fundamental, de forma que existen determinadas pruebas diagnósticas que garantizan coger a la enfermedad en un estadio muy temprano, con la consecuente probabilidad de curación. Es el caso de los exámenes de cáncer colorrectal, pulmón, mama y cervical.
Dependiendo del tipo de cáncer, del estadio en que se encuentre, y el estado de salud del paciente, se podrán emplear distintas técnicas y tratamientos:
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Cirugía
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Radioterapia
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Quimioterapia
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Inmunoterapia
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Hormonoterapia
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Terapia génica