“Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos”
Citas:
1ª lectura: Hechos de los apóstoles 1,1-11.
Salmo: 46 Dios asciende entre aclamaciones, el Señor, al son de trompetas.
2ª lectura: Efesios 1,17-23.
Evangelio: Mateo, 28,16-20.
Comentario: Seguramente que a lo largo de la historia, la humanidad ha pasado por momentos y acontecimientos semejantes a los que estamos viviendo actualmente de guerras, enfermedades, catástrofes naturales… En estas situaciones es fácil caer en lamentaciones, desesperanza, desaliento y derrotismo, culpabilizándonos unos a otros de lo que nos ocurre. Pero ¿Qué podemos hacer cada uno de nosotros?
Cuando nos encontramos con una persona necesitada, despreciada, abandonada, injustamente tratada, desamparada… sea por la causa que sea, también nos estamos encontrando con aquel que quiere solidarizarse con nosotros y con nuestras miserias de una manera radical. Por eso, como cristianos, nuestra adhesión a Jesucristo donde se verifica mejor es en la ayuda solidaria a esas personas necesitadas, hermanos nuestros en Dios. No estamos solos, perdidos en medio de la historia, abandonados a nuestras propias fuerzas, a nuestras miserias, contradicciones, y maldades.
El mismo Jesucristo nos dijo: “Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; y enseñándole a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos” Jesús Nazareno no es sólo alguien del pasado, que murió crucificado, sino que gracias a su entrega generosa, a sus palabras, a su testimonio de perdón, misericordia y amor demostrado a todos los seres humanos, vive animando, vivificando, fortaleciendo y llenando con su Espíritu a la comunidad de creyentes en él, a fin de que, además de tenerlo siempre presente en la Eucaristía, en el pan y vino bendecido y compartido, también nos tengamos unos a los otros, ayudándonos y entregándonos como él lo hizo.
Todo está orientado a aprender y enseñar a vivir como Jesús y desde Jesús. El se siente hijo querido de Dios y lo vive todo impulsado por su Espíritu; el de un Dios Padre compasivo y misericordioso que no excluye a nadie de su perdón y de su amor, que tiene un proyecto esperanzador para toda la humanidad: hacer de esta Tierra un mundo más habitable y humano.
Todos hemos de conocer esa buena noticia y ese gran y esperanzador proyecto, sobre todo los que menos lo esperan, los despreciados, los pecadores, los que para los demás no son nadie; los predilectos de Dios según Jesucristo.
El amor de Dios lo descubren quienes le buscan de verdad porque se sienten desamparados, y no tienen a nadie más que les ayude. Esa fe y esperanza, en Dios como padre, en Jesucristo como hijo de Dios y en el Espíritu Santo de bondad infinita derramado sobre nosotros que nos fortalece y anima para amarnos y ayudarnos mutuamente, es también la fe y esperanza en ese misterio de un Dios trinidad; que es comunicación y comunión de amor que da sentido y existencia a todo y que nos espera a todos con corazón de Padre para acogernos al final de nuestra peregrinación por este mundo.
ABÓNATE A NUESTROS SERVICIOS (TV + INTERNET + TELEFONÍA FIJA Y MÓVIL) – HERRERA TV – GRUPO COMUNICA . CALIDAD Y BUEN PRECIO – INFÓRMATE EN EL 955 31 48 30 o VISITANOS EN PLAZA BLAS INFANTE 9