Toda ley debería de sustentarse en el amor al Dios de la vida y al prójimo.
Citas:
1ª lectura: Éxodo 22,20-26.
Salmo: 17 Yo te amo, Señor, tú eres mi fortaleza.
2ª lectura: 1ª Tesalonicenses 1,5c-10.
Evangelio: Mateo 22,34-40.
Comentario: Cuando olvidamos lo esencial, incluso desde las religiones podemos adentrarnos por caminos que; no sólo nos incapacitan para una relación sana con el Dios de la vida y su creación, sino por los que podemos dañar gravemente la existencia de otras personas y pueblos inocentes.
Nunca deberíamos justificar el mal y la violencia que unos causan en un momento a otros, con el argumento de que es consecuencia de las historias de maldad y violencia sufridas por los primeros anteriormente, pues los seres humanos desde siempre venimos provocándonos, por nuestros egoísmos e intereses partidistas, unos a otros muchos males; creando conflictos, guerras, destrucción y muerte en todo el mundo; buscando siempre argumentos interesados que los justifiquen; y seguimos cometiendo el gravísimo error de no condenar la violencia, sin más, ya que es ilícita en sí misma.
Hoy, que tanto se habla de interculturalidad, deberíamos de aprender en todas las culturas y religiones que hay que abandonar todo lo que no nos ofrece vida verdadera. Todos los pueblos, debieran estar atentos a la verdadera ética que nos permita a todos poder existir y convivir en justicia y en paz, desde la esperanza en la entrega y en la ayuda mutuas, en la misericordia, en el perdón y en el amor entre todos los seres humanos.
Está claro que todo esto es difícil de realizar si no actuamos según el plan del único Dios creador, defensor y sustentador de la vida; según el respeto que debemos de tener por la misma existencia en todas sus formas y facetas; un proyecto que Jesucristo trae como Reino de Dios; como una nueva existencia humanizada y gloriosa manifestada: por sus palabras y obras en favor de los últimos, por su entrega total en la cruz perdonando a todos los seres humanos y por su permanencia en esa existencia gloriosa como resucitado.
No podemos caer en discusiones éticas para intentar justificar lo que es injustificable: la usurpación de los derechos humanos y sobre todo del derecho a la vida. No podemos continuar creando más cristos en nuestro mundo, ni más ídolos sin corazón. Hemos de aprender a valorar la existencia desde su raíz, tomando parte en la vida que Dios nos ha dado y que desea para todos; valorándola con gratitud; optando siempre por lo bueno, lo bello, lo verdadero, lo justo…
Lo que da verdadero valor y gloria a Dios es precisamente la manifestación del amor entre nosotros, por eso no vale decir que respetamos y amamos a Dios si no entendemos que Dios ama a toda su creación, que ama al ser humano y que rechaza toda opresión, explotación y aniquilación, como garante de nuestras vidas. En nombre de Dios deberíamos de tomar buena cuenta de lo que hacemos con los demás, los más humildes, los considerados por nosotros enemigos y últimos. Ser cristianos no es otra cosa que vivir, como Jesús Nazareno, pensando en los que verdaderamente sufren y viven mal por cualquier causa, tratando de ayudarles sin refugiarnos en nuestros intereses y egoísmos.
ABÓNATE A NUESTROS SERVICIOS (TV + INTERNET + TELEFONÍA FIJA Y MÓVIL) – HERRERA TV – GRUPO COMUNICA . CALIDAD Y BUEN PRECIO – INFÓRMATE EN EL 955 31 48 30 o VISITANOS EN PLAZA BLAS INFANTE 9