La imagen titular de la Hermandad del Santísimo Cristo Crucificado data exactamente de 1582. Así se desprende del libro Écija Artística: Colección Documental Siglos XVI y XVII. Una obra que arroja, además, otros datos relevantes -desconocidos hasta la fecha- sobre esta imponente talla.
La publicación, fruto del trabajo de investigación realizado por Marina Martín Ojeda, Archivera Municipal del Ayuntamiento de Écija, y Gerardo García León, Doctor en Historia del Arte y Asesor Técnico de la Dirección General de Bienes Culturales, se presentó la semana pasada en un acto que contó con la asistencia del hermano mayor de la Hermandad del Santísimo Cristo Crucificado, Francisco Manuel Jurado, y otros miembros de la Junta de Gobierno.
Se trata de una obra monumental y de gran formato en la que se han examinado más de 40.000 documentos inéditos conservados en archivos ecijanos que han proporcionado una información valiosa y desconocida en su mayoría acerca de diferentes aspectos y descubrimientos relacionados con la historia de la ciudad.
Entre los legajos, de distinta naturaleza, se encuentran contratos para la realización de obras artísticas, cuya información resulta de gran interés para establecer la filiación y datación de una parte fundamental del patrimonio artístico conservado en Écija, del que fue realizado allí con destino a otras poblaciones cercanas, del que existió y no ha perdurado hasta nuestros días y del que, como en el caso del Cristo Crucificado, acabó en otro lugar con el paso del tiempo.
Hasta el momento, no había datos históricos que constataran la fecha exacta de su creación ni su autoría, que se atribuía a 1600 a la Escuela de Francisco de Ocampo por similitudes con otras tallas del imaginero sevillano.
Ahora, sin embargo, ya es posible determinar que el Cristo fue creado en 1581 por encargo de la extinta Cofradía del Nombre de Jesús de Écija “por un precio y cuantía de 51 ducados en reales”. El trabajo consistía, tal y como aparece reflejado en la escritura, en “la hechura de un Cristo, que tenga de largo dos varas y muy bien perfeccionado y acabado, con una cruz dorada para enclavarlo, parigüela y Calvario de color verde”.
Una obra que fue entregada el 7 de abril de 1582 y de la que “confesaron estar a su contento” por la perfección de la misma. El documento, no obstante, no hace referencia al autor de la obra, sino al intermediario, el pintor ecijano Ambrosio Martín.
La imagen del Cristo Crucificado, que contaba con gran devoción entre los astigitanos, permaneció en la iglesia de Santa María hasta que en 1939 llegó a Herrrera, procesionando por primera vez en la Semana Santa de 1940.
El hermano mayor de la Hermandad del Santísimo Cristo Crucificado se ha mostrado gratamente sorprendido y agradecido por estos datos reveladores que arrojan luz sobre el indiscutible valor histórico-artístico de su titular, una obra de la que esperan seguir conociendo más detalles en un futuro próximo.
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